El objetivo era hacer beneficiar al Tesoro público de una parte de los ingresos del sector minero australiano, fuente de gran riqueza y motor de la economía. Sin embargo, chocó con la oposición de grandes grupos del sector como BHP Billiton, Rio Tinto y Fortescue, y finalmente no propició los ingresos esperados.
“La tasa minera se terminó” , dijo Joe Hockey, tesorero (el equivalente del ministro de Economía y Finanzas) ante el Parlamento.
La abolición de esta medida fue posible gracias a un acuerdo entre el gobierno y varios partidos pequeños, liderados por el Palmer United Party, la formación de Clive Palmer, un magnate del carbón.
Gracias a ese acuerdo, el Senado votó a favor de la abolición por 36 votos a 33. Ahora el proyecto será sometido a la cámara baja, donde el gobierno tiene un apoyo mayoritario.
El anterior gobierno, de signo laborista, estimó que ingresaría 3,000 millones de dólares australianos el primer año, y 9,000 millones en el ejercicio 2013-2014.
Sin embargo, la tasa no aportó a las arcas públicas más que 200 millones de dólares australianos el primer año, y para el ejercicio fiscal 2013-2014 no se esperan más de 700 millones.
En julio, Australia ya abolió la tasa carbono introducida por el anterior gobierno para luchar contra el cambio climático, y que también fue muy criticada por los grandes grupos mineros.