La protesta se dirige contra la mentalidad conservadora que echa la culpa de una violación a la víctima si la mujer vestía de una forma considerada “indecente”, es decir con falda corta o con escote.
La convocatoria insiste con este gesto en que las minifaldas, o cualquier otra prenda, no se deben nunca considerar causa o motivo del acoso sexual.
En numerosos barrios liberales de las grandes ciudades turcas o en la costa occidental vestir minifalda es algo perfectamente admitido, pero los problemas pueden presentarse al cruzar a un barrio de población conservadora o incluso al ir a la Policía a denunciar una agresión sexual.
Ayer causó polémica la noticia de que una profesora había sugerido a sus alumnos que acosaran a las alumnas que lleven faldas demasiado cortas para obligarlas a vestir “decentemente” , una afirmación que la docente no ha querido confirmar y que está siendo investigada por la dirección del centro.
El brutal asesinato la semana pasada de la estudiante de Psicología Özgecan Aslan, de 20 años, tras un intento de violación, ha provocado un enorme debate social y político y una oleada de protestas contra la violencia contra las mujeres.
El año pasado, 281 mujeres fueron asesinadas en Turquía por razón de su sexo; en dos de cada tres casos, el agresor era su marido, exmarido, amante o pretendiente.