Guatemala

Gert Rosenthal: “Quiero escribir mis memorias”

Gert Rosenthal decidió dejar la diplomacia, al menos por ahora, y regresar a Guatemala  después de seis años en Nueva York como representante permanente del país en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), puesto que ya había desempeñado de 1999 al 2004.

Antes de hacer carrera en la diplomacia, Gert Rosenthal se desempeñó como secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina.

Antes de hacer carrera en la diplomacia, Gert Rosenthal se desempeñó como secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina.

El también economista y excanciller cuenta cuál fue su trabajo más difícil, cómo se ve a Guatemala en el exterior  y si aceptaría un cargo en el  siguiente gobierno.

¿Cómo se siente ahora de terminar su carrera diplomática?

Muy a gusto. En toda mi carrera profesional he intercambiado períodos en Guatemala con temporadas  en el exterior. La vasta mayoría de mi carrera fue en las ciencias económicas, no en la diplomacia.

Usted desempeñó varios puestos en el extranjero, ¿cuál fue el mejor?

Respecto de   profesión,  lo que me dio más satisfacción fue la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), que la ostenté durante varios   años (1988-1997). Fue un desafío enorme porque cubre toda América Latina.

Pero  estar al servicio del país tiene sus gracias. Yo me sentí muy a gusto en Nueva York, igualmente  en la Cancillería. Yo le diría que el cargo de mayor responsabilidad que he tenido ha sido el de  canciller de la República, pero cada uno tiene sus virtudes.

¿Fue el puesto de canciller el más difícil,  entonces?

Sí,  por la responsabilidad política, por las decisiones que hay que tomar, que a veces son  muy controversiales o delicadas.  Uno está representando al país, algunas veces   en temas bastante frívolos, como cocteles, pero la mayoría de las situaciones  son de cierta trascendencia para la nación, y se marca en una línea de política exterior.

Cuando el expresidente Óscar Berger le pidió ser canciller, usted lo pensó mucho, ¿por qué?

Porque  he hecho toda mi carrera en Economía, soy economista. Pensé que a esas alturas de mi vida cambiar de profesión no era lo más atractivo para mí. Quería seguir en el área económica.

No me sentía ligado a ningún partido político. Terminé aceptando como tecnócrata. Fui un canciller tecnócrata, aportando lo mejor que podía. Cuando uno hace servicio público está más allá del gobierno de turno.

Me llamaron para asumir la Cancillería, me resistí bastante. Al principio fue un no rotundo, después un no calificado y finalmente un sí. Terminó siendo   una buena decisión,  porque yo valoro mucho el trabajo que pude hacer.

¿Cómo fue la experiencia de estar en el Consejo de Seguridad de la ONU?

Emocionante,  porque  es el foro que tiene la responsabilidad de mantener la paz y seguridad mundial. Tener la posibilidad, aunque sea minoritaria, de influir sobre eventos de enorme trascendencia que pueden marcar la paz o la guerra. Fue muy estimulante no solo en lo personal, sino para toda la Cancillería.

¿Cómo es la presión que se maneja en esa instancia?

Nunca sentí presión. Lo que hay son  cabildeos, pero la diplomacia es así, en situaciones  chicas y grandes. Si un país vecino tiene un candidato para un cargo internacional, viene y hace representación en su Cancillería. Si un país grande miembro del Consejo de Seguridad tiene una política donde quiere que lo apoyemos, también nos platica, pero siempre fue con respeto, nunca hubo presiones, intimidaciones o amenazas.

¿Qué futuro tiene en la ONU el debate sobre reformar la política global de drogas?

No sé si los acuerdos finales se   tejerán  en las Naciones Unidas, pero ciertamente la ONU ha avanzado  en tratar de adaptar al menos la legis- lación internacional sobre el creciente problema  de drogas.

La asamblea general tomó la decisión, el año pasado, de convocar a una reunión mundial sobre el problema de estupefacientes  que se   celebrará  en septiembre del 2016. Eso nos da la oportunidad de plantear una adecuación de la manera en que la humanidad lidia con este problema.

¿A qué se dedicará ahora?

Todavía no sé, me quiero dar unos meses para reflexionar. Pienso escribir mis  vivencias, específicamente del Consejo de Seguridad. No sé si un libro o varios artículos, o incluso podría ser un documento interno para la  Cancillería.

Para mí es un lujo disponer de tres meses  para escribir. Luego de ese tiempo    veré  qué haré;  si me dedico solo a la economía, a las dos cosas, a la academia o si sigo en la política pública.  

¿Quiénes son sus modelos  de líderes mundiales?

El primer nombre que se me viene  es Nelson Mandela. He pensado muchas veces sobre qué pocos Nelson Mandela hay en el mundo; es realmente una figura excepcional. Lo que uno ve en el mundo hoy es una carencia de liderazgo de esa categoría.

Si el próximo gobierno le ofrece un puesto aquí o en el extranjero, ¿aceptaría?

No. Por razones de edad (79 años) y por   fuero interno ya no me interesan cargos de ningún tipo. Tuve un enorme privilegio de poder estar al servicio tanto de la ONU como de mi gobierno,  y ya fue suficiente. Ahora quiero la paz y tranquilidad que uno busca a la edad que  tengo. No aceptaría estar en ningún cargo en ningún organismo y menos en el Gobierno.

ECONOMÍA Y DIPLOMACIA

Gert Rosenthal  nació el 11 de septiembre de 1935. Se graduó de licenciado en Ciencias Económicas, en la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Llegó a  la Cepal en 1974, como director de la  oficina en México, y en 1987 fue designado secretario ejecutivo adjunto.

De  enero  de 1988 y diciembre de 1997 ocupó la Secretaría Ejecutiva de la referida  comisión regional de la ONU.

Fue representante permanente de Guatemala ante la ONU de 1999 al 2004.

Aceptó ser  el canciller guatemalteco en el 2006 hasta que asumió el siguiente gobierno, en enero del 2008.

Regresó como  representante permanente en la ONU ese año, hasta septiembre último.

SELECCIÓN DE MAGISTRADOS

Impacta en imagen

La controversia por la selección de los magistrados para la Corte Suprema de Justicia y Salas de Apelaciones repercute negativamente en la imagen de Guatemala, expuso  Rosenthal.

¿Cuál es la imagen que tiene Guatemala a escala internacional? ¿Qué se habla del país afuera?

Sombras y luces. Si uno toma una radiografía de Guatemala hoy, y se compara  con la de   1996, cuando se firman los acuerdos de Paz,  hay más avances que retrocesos.

Pero si uno empieza a medir el grado de cumplimiento de lo que acordamos como nación, recogidos en los acuerdos de Paz, la distancia que debemos recorrer todavía es muy grande. No nos ayuda para  la imagen exterior este alto nivel de violencia. Seguimos lidiando con la lucha contra la impunidad, que, a mi juicio, sufrió un retroceso con los acontecimientos recientes.

¿Se refiere a la elección de  magistrados de  cortes?

En cuanto a los magistrados  es la manera en que se elige. Fuera de mi opinión personal, usted me preguntó sobre imagen en el exterior, eso impacta negativamente. Claro que es un tema interno, es algo que los guatemaltecos tenemos que resolver entre nosotros, pero es parte de las sombras que le digo.

En lo que no estoy de acuerdo es en esa  imagen tremendista, la que todo está mal… tampoco es así.

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