En la actualidad el artículo 43 de la Ley de Tránsito se establece que la autoridad de tránsito retendrá la licencia de conducir en los casos en que el conductor se encuentre ebrio o bajo efectos de alcohol, drogas o estupefacientes que limiten sus capacidades físicas y mentales, así como cuando el piloto no posea los documentos del vehículo o carezca de la tarjeta de circulación, cuando haya producido lesiones a terceros o daños al automóvil.

Además señala que el piloto debe ser consignado, con el propósito de que el juez de Paz Penal dilucide su situación.

El Código Penal establece, en el artículo 157, para la responsabilidad de conductores una sanción económica de Q50 a Q1 mil y privación de la licencia de conducir de tres meses a tres años para quienes condujeren en estado de ebriedad. En este caso no se menciona que haya prisión preventiva. Además, en caso de reincidencia las sanciones de este artículo se duplicarán.

Las estadísticas del Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil (PNC) del 2014 revelan que cinco mil 34 conductores consignados, equivalentes al 54 por ciento de pilotos enviados a juzgado por diversas causas, se encontraban en estado de ebriedad, con el consiguiente riesgo de causar accidentes y muertes.

La Policía Municipal de Tránsito (PMT) de la capital señala que el año pasado hubo 11 mil accidentes viales, muchos de los cuales tenían entre sus factores el alcohol.

Dalia Santos, portavoz del Deparamaento de Tránsito de la PNC mencionó que en este año, hasta el 21 de enero recién pasado, se había puesto a disposición de los juzgados a 234 personas por conducir bajo efectos de alcohol y 247 por delitos contra el tránsito.

“La Ley de Tránsito solo establece que si un conductor es sorprendido manejando en estado de ebriedad debe remitirse a los tribunales correspondientes”, explicó Santos.

Casos conocidos

El pasado miércoles el Juzgado Pluripersonal de Paz Penal sentenció a Pamela María Barillas García a cuatro años de prisión conmutables por la muerte de Jorge García Murga, conocido como el Mago Murga, a quien atropelló el 7 de marzo del 2014.

En este caso la jueza María Mercedes Rodríguez no canceló la licencia de conducir de Barillas García, pese a que la investigación del Ministerio Público determinó que ella conducía en estado de ebriedad al ocurrir la tragedia.

Solo le impuso una fianza de Q25 por día de la sentencia de cárcel impuesta y una pena accesoria de una donación de Q2 mil al bombero Henry Hernández Martínez, quien fue víctima de otro conductor borracho.

El socorrista Hernández Martínez fue arrollado junto a otro bombero, Rolando Caal, cuando auxiliaban a un atropellado, el sábado anterior, a eso de las 22 horas, cuando Diego Canel conducía en estado de ebriedad, colisionó el auto que conducía contra la ambulancia y arrastró a Hernández Martínez, a quien le amputaron una pierna.