El informe, en el que Guatemala es superada por Fortaleza y Maceió, Brasil; el distrito central y San Pedro Sula, Honduras; Cali, Colombia; Acapulco, México y Caracas, Venezuela, midió la tasa de muertes violentas en países que no están en guerra.
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Ayer, las autoridades de gobierno indicaron que este año se redujo el número de hechos violentos, pues cerrará con cuatro mil 932 homicidios, es decir un promedio de 14 muertes violentas diarias.
Jorge Ortega, vocero presidencial, destacó en declaraciones de ayer que se redujo la tasa de homicidios a 31.2 por cada 100 mil habitantes pues el año pasado esta era de 34 por cada 100 mil.
En la región
El informe señala que en Latinoamérica y El Caribe se ubican las 20 ciudades más violentas, por lo que la revista especializada InSight Crime, fundación dedicada al estudio de la principal amenaza a la seguridad nacional y ciudadana en la región, analizó las cinco posibles causas de esta situación.
El aumento en el mercado nacional de drogas es una de los factores, según el análisis, pues las disputas territoriales por transporte y ventas de los estupefacientes puede incrementar la tasa de homicidios.
Otra causa puede ser la fragmentación del crimen organizado, debido a la captura de muchos capos de la droga y que origina que grupos más pequeños cometan crímenes más localizados y a menudo más violentos, según InSight Crime.
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Además, los altos índices de violencia se registran en los países que sirven como tránsito de drogas, además de ser un legado de la guerra civil, que son la tercera y cuarta causa de la violencia en las ciudades latinoamericanas.
La organización señala como una quinta razón de los altos índices de muertes violentas, la corrupción y criminalización de los gobiernos. “Los lazos entre los grupos criminales y funcionarios públicos desempeñan un papel crucial en la facilitación de la actividad criminal y la creación de una cultura de impunidad”, se indica en el estudio.
*Con información del Consejo de Ciudadanos de México para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.