Guatemala

Reforma obtiene fuerte respaldo

El Senado de Estados Unidos comenzó ayer el debate formal de una reforma migratoria integral que abre una vía para la legalización y eventual ciudadanía de la población indocumentada, luego de dos votos de procedimiento clave y con alta carga simbólica.

Centroamericanos descansan en el desierto de Arizona, antes de seguir a USA  .

Centroamericanos descansan en el desierto de Arizona, antes de seguir a USA .

La Cámara alta aprobó dos mociones clave para arrancar el esperado debate, horas después de que, durante un acto en la Casa Blanca, el presidente Barack Obama exhortó al Congreso a que sancione la reforma antes del fin del verano en ese país.

La primera medida, que requería al menos 60 votos para bloquear intentos de obstrucción de los detractores, se aprobó 82-15. La segunda, que dio paso al debate, obtuvo 84-15.

El primer paso será la votación final en el Senado, que debe producirse antes del descanso del 4 de julio, dijo el líder de la mayoría demócrata de esa cámara, Harry Reid. La reforma deberá obtener 60 de los cien votos de los senadores antes de pasar a la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos.

En las próximas tres semanas, el Senado debatirá centenares de enmiendas que ayer fueron propuestas para modificar el plan reformista, que ya fue aprobado por el Comité Judicial de la Cámara alta el 21 de mayo último, en una votación de 13-5, tras un debate de tres semanas en el que se incorporaron unas 136 enmiendas al texto, ahora de mil 76 páginas.

Entre los que votaron a favor del debate figuraron Jeff Flake, de Arizona; Lindsey Graham, de Carolina del Sur; y Marco Rubio, de Florida, todos ellos miembros del “Grupo de los ocho”, el conglomerado bipartidista que elaboró el proyecto de ley desde enero último y lo presentó en abril.

El “sí” también provino de republicanos como el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, quien explicó que apoya debatir enmiendas que mejoren el plan porque, a su juicio, la iniciativa requiere “grandes cambios” para convertirse en ley.

También el senador republicano de Texas John Cornyn votó a favor del debate, pero desde ya promueve una enmienda que supedita la legalización a la seguridad fronteriza. De hecho, aumenta los fondos para la vigilancia en la zona y para la contratación de otros 10 mil agentes de la patrulla fronteriza.

Primer choque

Entre los republicanos que votaron en contra están los senadores Jeff Sessions y Richard Shelby, de Alabama, y Ted Cruz, de Texas.

“Creo que se aprobará en el Senado con un margen sustancial, pero se estrellará y fundirá en la Cámara de Representantes sin enmiendas que la fortalezcan”, dijo Cruz.

Ambas votaciones tuvieron una gran carga simbólica, porque demostraron la voluntad de los detractores de la reforma para debatirla.

De aprobarse, sería la mayor reforma migratoria en EE. UU. desde la de 1986, que legalizó a unos tres millones de indocumentados.

Horas antes del debate en el Senado, Obama instó al Congreso a que apruebe una reforma migratoria “de sentido común”.

“Mi administración ha hecho lo que ha podido por nuestra cuenta. El Congreso necesita actuar”, expresó Obama durante un acto en el Salón Este de la Casa Blanca, acompañado por líderes políticos, empresariales, sindicales, religiosos y policiales, y estudiantes indocumentados que se beneficiarían de la reforma.

“Este no es un debate abstracto, es sobre jóvenes increíbles que se consideran a sí mismos estadounidenses, han hecho todo bien y aún se ven impedidos de lograr su sueño americano”, señaló Obama.

El “Congreso debe actuar y el momento es ahora”, insistió el mandatario.

La iniciativa establece el reforzamiento de la seguridad fronteriza, un período de 13 años para la legalización y eventual ciudadanía de los indocumentados, sanciones a empresas que contraten a trabajadores “sin papeles”, un programa de “trabajadores huéspedes” y un aumento de visas “H-1B” para extranjeros de alta formación.

La medida que salga del Senado tendrá que armonizarse con la versión de la Cámara de Representantes, que aún no la ha presentado.

Uno de los principales puntos de discordia es la exigencia republicana de condicionar la legalización a la seguridad fronteriza.

“Me niego a aceptar la idea de que el país más poderoso del mundo, el que puso a un hombre en la Luna, sea incapaz de resguardar nuestra frontera”, enfatizó el republicano Rubio.

Camino no será fácil

En la Cámara de Representantes se espera que el proyecto reciba los embates del ala más conservadora del Partido Republicano, que considera que ofrece una “amnistía” para los inmigrantes que ingresaron en el país en forma ilegal, y antepone toda discusión a una completa seguridad en la frontera.

Pero el jefe de esa Cámara baja, John Boehner, aseguró ayer que una ley de reforma migratoria se aprobará”sin duda” para finales de este año, pero sin detallar cuáles serían los cambios que desea.

Las encuestas en general reiteran que la mayoría de los estadounidenses apoya una reforma integral migratoria que incluya el camino a la ciudadanía de extranjeros, siempre que se incorporen mayores medidas de seguridad en la frontera.

Legisladores y analistas aseguran que la reforma migratoria integral podría ser aprobada en agosto próximo en ambas cámaras, que daría paso a la naturalización de 11.5 millones de indocumentados que residen en EE. UU., aunque ese proceso duraría unos 13 años.

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