Carta

Samuel Pérez Attias

|

Ayer me dijo llorando que no le alcanzaba el dinero para comer y que no sabía por qué habíamos nacido. Me sentí muy triste. Ella sigue queriéndote pero no sabe qué hacer o a dónde ir cuando tú le pegas. Dice que prefiere que no estés pero que no te puede dejar. Yo voy a conseguirme una mujer como mi mami, que nunca me deje aunque le pegue.  Papá, tengo ya 17 años.

Hoy me voy de la casa. Es imposible seguir viviendo en esta pocilga. Por más que quiero superarme nadie me da trabajo pues no terminé mis estudios ayudando a mamá a vender tarjetas telefónicas. Mamá solo se queja y yo prefiero ir afuera. Voy a ser miembro de la Clica. Ellos me comprenden, ustedes no. Allí encuentro comida, casa y protección. Voy a ser respetado porque puedo matar a cualquiera. En Guatemala matas o te matan.

Viejos: En la prensa salen diciendo que un niño que se volvió marero es un antisocial. Yo no me considero antisocial. Solo estoy en donde me tocó. Donde la sociedad me dio lugar. Aquí he resuelto mis problemas económicos, soy respetado, soy aceptado, tengo mujeres, tengo lujos, me drogo cuando quiero y puedo vivir como quiero. La libertad y la ley están en la bolsa y en la pistola. Nada más importa!  Mamá: Ayer vi a mi papá muerto, pues el bus que manejaba fue baleado.

Ya no siento nada. Aprendí que en la vida uno se debe salvar, pues nadie lo salva a uno. Veo a otros comiendo en restaurantes de lujo que me ven con desprecio. No saben que en este país mandamos nosotros. Los tenemos atados a la droga que vendemos en la calle y ellos viven con miedo. Aunque dicen estar armados, en la clica somos más, tenemos mejores armas y, sobre todo, no tenemos miedo.

En este país podemos hacer lo que queramos siempre que tengamos una pistola. Dios: Hoy un marero me hirió de bala, estoy desangrándome. Cuida a mis hermanos pequeños, que ya entraron a la 18. No sé cuándo yo me metí a esto. Yo quería estudiar y ser periodista. Si existes te pido que me perdones. Nunca quise matar, pero tuve que hacerlo. Nunca quise ser parte de la clica, pero no tenía otra opción. Tú me entiendes ¿verdad?

Hoy cumplo 19 años. Podría estar empezando mi vida y estoy terminándola. ¿Cuándo me pasó esto? ¿Por qué todos se alegran de mi muerte y vienen a mí con piedras y palos? ¡Me quieren quemar vivo! ¿No soy un chapín como ellos, pues? ¿Por qué no nací en otro lugar? Solo quería ser feliz. No tengo nada. Ni la pistola,  ni el dinero ni las drogas, ni a mis brothers de la clica. Hoy me estoy muriendo… y tengo miedo.

Samperez1@gmail.com

ESCRITO POR: