Día del Libro

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cómo y de qué forma se refería a sus libros. Otra biblioteca que impresionaba era la de don Raúl Osegueda Palala, su esposa, Gladys Bustamante, la supo mantener lo más que pudo, toda la casa estaba atiborrada de material. Como estudiante de Derecho entré un par de veces a la biblioteca de Edmundo Vásquez Martínez, sin lugar a dudas uno de los más grandes juristas que ha parido este país, y era impresionante no solo ver el amor a sus libros, sino verlo ubicado en los anaqueles y buscar sin chistar la fuente requerida.

Tras un trabajo de la OEA y el concurso de dos grandes amigos, uno venezolano y otra chilena, un equipo de guatemaltecos quisimos dejar un Centro de Documentación al Tribunal Supremo Electoral, no solo se pretendía cobijar referencias impresas, sino promover la creación de material para que el Derecho Electoral no fuera esa rara especie no estudiada, no analizada, dejada a un lado y de moda en editoriales cada cuatro años. No tenemos idea de cómo anda ahora ese esfuerzo.

Un país se define, por mucho, por el apoyo que le da a la difusión del conocimiento y acá las bibliotecas juegan un papel especial y, ojo, debemos estar conscientes de que el libro electrónico vino a cambiar en mucho la cultura del libro impreso y esto obliga a actualizarse.

Hace unos días tuve el gusto de participar en un evento realizado en uno de los salones de la Biblioteca Nacional, la cual hasta la fecha, es dirigida por servidores públicos institucionales y quienes han mostrado no solo por el cargo que ocupan, sino sobre todo por vocación, su interés por la difusión de la cultura. Sin embargo, es evidente que para el Ministerio de Cultura la Biblioteca Nacional no constituye prioridad.

Si queremos que las personas se sientan atraídos por la lectura, lo primero que debemos hacer es crear un ambiente agradable para sembrar el hábito; por otra parte, el calendario cultural de una biblioteca debería se extenso y debería haber mucha relación con otras forma de arte y acá es bastante precario a pesar de que el edificio, construido para tal fin, sí es una excelente infraestructura. Urge dotar de presupuesto, el cual ese ministerio sí lo tiene y le sobra para que la Biblioteca, la Hemeroteca y el Archivo General de Centro América sean verdaderos referentes y sitios de visita continua.

Hoy es el Día del Libro, pero más que tenerlo presente deberíamos exigir a las autoridades del Ministerio de Cultura, que si tienen la competencia pública “más chilera”, encaminar sus mejores esfuerzos para mostrar al mundo una Biblioteca Nacional que con lujo muestre su nombre: “Luis Cardoza y Aragón”, y por supuesto repetir ese esfuerzo en el ámbito nacional.

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.