El “marimbazo”

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Cuando resulta real, se duda si se trata de una muestra de humor negro, macabro. Pero cuando se comprueba fehacientemente, hay tres posibilidades: enojarse, echarse a llorar, sonreír o carcajearse. La decisión del gobierno de mandar al exilio a la marimba del Palacio Nacional de la Cultura sólo se compara con la genialidad de la pseudo monarquía introducida en la municipalidad capitalina al autorizar el uso de los jardines del Teatro Nacional para una competencia de motocross.   

ES UN “MARIMBAZO”.
 Pero ha habido otros. El ministro Pezzarossi debe haber sido aconsejado por una funcionaria del ministerio —o tal vez exfuncionaria— a cuyo criterio no  podía actuar la marimba de concierto en la ceremonia programada para el salón mayor con motivo del 125 aniversario de la Academia Guatemalteca de la Lengua en el 2012 porque “con el ruido se pueden romper los vitrales”. Y el concierto programado y esperado, no se hizo. Recuerdo la expresión de molestia y de incredulidad de Lester Godínez, quien es a mi juicio el protector actual por antonomasia —es decir por su conocimiento y su importancia— del instrumento nacional.

LAS JUSTIFICA- ciones de la ministra del ramo fueron un chiste de humor negro. Es este uno de los casos en los cuales se justifica un presidentazo, lo antes posible, porque es la única forma de eliminar el marimbazo hoy comentado. Tener a la marimba como lugar de ensayo en el Palacio Nacional de la Cultura permite incluso organizar breves y silenciosas visitas de ciudadanos o de turistas, para permitirles atestiguar la práctica de los maestros y escuchar al final interpretaciones de música guatemalteca o foránea. En la vetusta  arca del Noé-gobierno, los pájaros carpinteros abrieron otro hoyo, y por eso las aguas del encrestado mar se continúan entrando.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.