Negocios en el Congreso

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a la que los diputados llaman Ley Tigo por el sector empresarial que la habría impulsado y que supuestamente les pagó por sus votos.

SEGÚN FILTRACIONES legislativas, cada diputado de Líder recibió Q25 mil para apoyar esa ley, mientras que en el lado patriotista los más beneficiados habrían sido el binomio presidencial y el secretario privado de la Presidencia. Pero también otros lograron buen pisto, como dos partidos de izquierda a los cuales les tiraron Q500 mil a cada uno por ser ponentes de la moción privilegiada que abrió el espacio en el Congreso, con el pretexto de que iban a pasar la ley de pueblos indígenas. Dónde quedaría su discurso antioligárquico. ¿Por qué un grupo empresarial iba a “invertir” millonadas en una ley? Muy sencillo, esa norma otorga privilegios monopólicos a grandes compañías con intereses en telefonía celular, internet y cable.

LA REFERIDA LEY tiene 17 artículos, pero solo uno se refiere al control de celulares en cárceles, ese fue el gancho para encubrir esa norma que habría sido dictada punto por punto por el sector privado. Ahora la Superintendencia de Telecomunicaciones (SIT) puede pasar por encima de las municipalidades, ya que autoriza el arbitrio que se debe cobrar por la colocación de torres, postes y cableado. Las alcaldías cobraban entre Q75 mil y Q100 mil anuales por antenas de telefonía, ahora la SIT fija Q30 mil. ¿Ven el gran ahorro que esas empresas tendrán a costa de la violación de la autonomía edil? La ley está diseñada para compañías que tengan instalados un mínimo de seis mil kilómetros de fibra óptica o registradas más de cien mil líneas de acceso. Con esos requisitos, la norma quita del camino a pequeños empresarios, sencillamente los excluye. La ley es una chulada de concentración monopólica.

LA NORMA TAMBIÉN señala que la SIT puede autorizar la instalación de antenas, fibra óptica, cableado y postes en propiedad privada o bienes de dominio público, no importa si son reservas ecológicas, ríos, lagos o sitios arqueológicos. Es más, en el artículo 9 autoriza a los empresarios a “remover la vegetación necesaria para que no estorbe” la instalación de cables, postes y torres, o sea pueden desmochar bosques y talar en áreas protegidas. Lo importante es llenar de postes y cables todo el país, aunque pase sobre monumentos arqueológicos o sitios turísticos. No hay pierde, nuestros queridos diputados aprobaron, de urgencia nacional, una ley que da a un sector una mayor concentración monopólica y para que haga micos y pericos en el país.

@hshetemul

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.