Una escuela útil y muy necesaria

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ESTA FALTA DE un conglomerado humano administrativo profesional se debe a una serie de factores, además de la ausencia de la carrera antes mencionada. Entre ellos se pueden mencionar el vicio de pagar favores políticos o de colocar a parientes, amigos o correligionarios, sin experiencia en el manejo de la cosa pública. Se une entonces la incapacidad en ambos sitios: la cabeza de una institución, y la base de ésta. En las sociedades avanzadas, la presencia de ese equipo técnico, llegado a sus puestos por razones de ascenso en una larga carrera iniciada normalmente en los primeros escalones, se convierte en una garantía del funcionamiento del sistema. Al no ocurrir ello en nuestros países, cada cuatro años se reinventa todo, con evidentes fracasos.

LA MALA IMAGEN DE LOS burócratas se debe en nuestro medio a su nula profesionalización y preparación. Están desmotivados porque se sienten en puestos movedizos, sujetos a caprichos y pago de favores políticos. Allí nacen muchas de las lacras de nuestro sistema: corrupción, tortuguismo, etcétera. Con el loable objeto de encarar esta situación, desde hace un año funciona en el país un centro de educación llamado Escuela de Gobierno, cuya meta consiste precisamente en crear promociones de servidores públicos, quienes durante 18 meses  tienen talleres, estudios, conferencias, todo con una fuerte base de valores. Ello los motivará a sentirse orgullosos de trabajar, convencidos de ser servidores  públicos, no quienes se sirven de los puestos.   

DESDE SU NACIMIENTO, en septiembre de 2013, la Escuela de Gobierno tiene 120 estudiantes, de los cuales 56 pertenecen al sector público, 30 trabajan en el  sector privado, o  quieren hacerlo, y 34 son estudiantes cuya presencia en las aulas se debe a su deseo de trabajar en el engranaje del gobierno y de las demás instituciones públicas. Uno de los primeros resultados consiste en compartir la confianza, afianzar el espíritu de cuerpo  y  comenzar a entender las percepciones de la mala fama reinante en el país, al respecto de su labor, y cómo pueden ellos contribuir a convertirla en una profesión tan valiosa como muchas otras. Hay calidad en los conferencistas: sólo este mes llegaron José María Aznar, así como Gerth Rosentahl.

POR SUPUESTO, ES AUN muy pronto para exigir resultados tangibles. La idea es tener a grupos preparados, con las características descritas, para cuando los políticos ya no puedan mirar hacia otro lado cuando se les pide actuar de manera correcta. Una idea así no puede ser realizada en poco tiempo. Un año ha  pasado y la parte más positiva del experimento lo constituye el haber comenzado un camino  necesario para la sociedad. Los graduados de esa escuela de Gobierno, al salir la primera promoción, contribuirán a la otra larga tarea de facilitar los cambios, y si esto se acompaña con una  política con conocimiento teórico de su papel y de las ideologías, es posible comenzar a sentir la esperanza de tener un vaso de agua política para los sedientos de esa clase.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.