Vida

Cinco consejos para lograr aumento o ascenso

El mundo financiero está compuesto de 5 por ciento de empresarios y 95 por ciento de  asalariados. Es  común esuchar en los horarios de almuerzo los problemas financieros de los trabajadores y quejas del porqué no reciben los aumentos que sueñan.

El límite para alcanzar o no un aumento o ascenso se los pone el mismo trabajador.

El límite para alcanzar o no un aumento o ascenso se los pone el mismo trabajador.

Las desilusiones derivadas de no escalar puestos en la empresa aumentan cada día. Jaime Bustamante Montiel, de la Escuela PCS Internacional, propone consejos para lograr un aumento o ascenso, al analizar la mente del gerente.

 Antes que nada, hay que ser consciente de que el único límite para alcanzar dichos objetivos es la persona misma. Por lo que si considera que el gerente le subirá el sueldo o lo ascenderá de puesto solo porque lleva algún tiempo haciendo las cosas exactamente igual, está equivocado.

El límite es cuando probablemente se presenta algunos minutos tarde a trabajar, al amanecer lunes con expectativas de que sea viernes. Se pasa la semana rogando que sean las 16.45 horas para salir corriendo sin importar lo que deje pendiente o considera que con el hecho de hacer lo mínimo va a escalar una posición. Si es así, ese ascenso o aumento está lejos.

 “No me ha pasado desapercibido escuchar entre paredes lo que muchos piensan de un gerente o un director de empresa. Sale temprano, muchas veces llega más tarde que los demás, gana más que el resto y tiene vacaciones cuando desea tomarlas. Antes de querer criticar el puesto de un gerente o querer alcanzarlo, hay cosas que debe saber. Es muy probable que ese gerente lleve años, 10, 20, 30 años trabajando de sol a sol, con desvelos muy exhaustivos y madrugadas exageradas para poder llegar a donde está ahora”, refiere Bustamante.

 Ese gerente no distingue entre lunes o domingo para pararse a trabajar e inspirarse para que la empresa pueda seguir funcionando y creciendo e incluso cuidando el  trabajo de los demás.

 Ese gerente que muchas veces debe sacar de sus ahorros personales para que al equipo y a la empresa nunca les falte el sueldo o seguramente toma vacaciones seguidas porque su salud se lo exige por la presión que una empresa ejerce sobre él. También posiblemente llegó a las 8.30 horas porque desde las 7 se reunía con clientes potenciales o aliados estratégicos.

 Ese es realmente el gerente que hace mucho más detrás de escena que al frente. Era importante mencionarlo antes de pasar a explicar por qué ellos están en donde están, y lo que se debe saber si se quiere llegar allí.

 Algunas veces como trabajadores no comprendemos cómo piensa el gerente. Mucho menos entendemos en su totalidad cómo lograr ese crecimiento o aumento en la empresa. Nos frustramos, nos quedamos pero no provocamos dicha reacción en nuestra vida. A continuación, se proponen cinco consejos para entender al gerente y lograr el crecimiento.

 1) Hacer la parte que le corresponde impecable. No hay nada peor para un gerente que un trabajador irresponsable y mediocre. Aquel que apenas puede con lo suyo y que olvida la mitad de sus tareas, o bien las hace correctamente solo durante los primeros días. Ese trabajador jamás tendrá un aumento, pues un gerente nunca premiará la mediocridad.

 2) Demostrar que se hace bien el trabajo, literalmente demuéstrelo. No hay gerente que pueda ver lo que no se nota. Si hace bien su trabajo y no lo reporta, jamás sabrán lo bien que lo hace. Elabore reportes de calidad, presente resultados concretos y haga bulla de sus logros para que todos lo sepan. Esto asegurará la atención del jefe y las probabilidades aumentarán.

 3) Iniciativa y proactividad. No hay nada que un gerente valore más que la iniciativa de un trabajador. De hecho, es tan importante, que si la persona lo es, va a sobresalir por sobre todo el equipo.

 Tener iniciativa no es simplemente preguntar a su jefe ¿qué más hago?, tener iniciativa significa pensar, analizar y ejecutar las ideas y nuevos proyectos. No hay que confundirse, no siempre son cosas inmensas, pequeñas acciones pueden girar la mirada de su jefe hacia su trabajo.

 Por ejemplo, si es el asistente del gerente, sorpréndalo con una oficina bien ordenada una mañana, en donde clasifique sus papeles y su escritorio para hacer más fácil su trabajo.

 Todos los puestos de la empresa, incluso los más sencillos, tienen la opción de demostrar que se es capaz de pensar por sí mismo, las formas en que puede mejorar la empresa, el puesto y los procedimientos. No hay que creer que alguien va a ascender a un trabajo que no puede generar ideas propias y mejorar.

 4) Preocuparse por la empresa como si fuera suya. Porque  realmente lo es ¿acaso no se vive de ella?, ¿acaso la familia no come del sueldo?, pues entonces la empresa es suya, porque en torno a ella gira su vida. No hay gerente que no caiga ante los encantos de un trabajador que trabaja y cuide la empresa como si fuera de él

 Además, algo que muchos trabajadores no realizan en su mente es que, si sus colaboradores no trabajan bien y la empresa cae en quiebra, será el primero en quedar fuera y existe la posibilidad de que pase penas durante algunos meses mientras consigue otro trabajo, pero los gastos siguen fluyendo.

 5) Vestirse para lo que se quieres ser, no para lo que se es. El poder de vestirse de lo que se quiere ser es realmente impresionante. Vestirse por dentro y por fuera. El que toda la vida viste mal, no se preocupa de su apariencia física, descuida su imagen y jamás se preocupa por mejorar, jamás logrará cambiar la imagen de su jefe y del resto.

 Comportarse como el gran gerente o trabajador de alto nivel que se quieres ser. Subirse al nivel que se quiere estar. Aquel que nunca mejora su comportamiento, su formalidad, su responsabilidad, su forma de hablar, tampoco logrará salir del hoyo en donde se encuentra. Nadie que no demuestre que puede ir más allá, será ascendido.

 Si se es estándar seguramente vivirá medianamente bien toda la vida, con un trabajo estable y los dilemas usuales de un trabajador, pero jamás saldrá de allí. Toda reacción requiere de una acción o nada pasará.

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